¡No seas tan cavernícola!

Espectáculo de títeres que se remonta a nuestros orígenes, aquellos tiempos donde la capacidad de asombro prevalecía, cuando la imaginación era la principal herramienta para crear y obtener anhelos de todo tipo.

Un grupo de simpáticos cavernícolas se enfrentan al congelamiento pero no de la tierra, sino de sus emociones y al no conocer la cura acuden a un sabio, que con humorísticas enseñanzas les ayuda a aceptar el valor de cada uno de los sentimientos del ser humano y sobre todo a expresar a tiempo todas aquellas emociones: amor, miedo, enojo, alegría; pues cuando no las dejamos salir ocurre el enfriamiento de nuestros corazones.

Tal vez esto sucedió hace mucho tiempo, entre grandes rocas, la erupción de los volcanes y ante la caza de un enorme mamut, pero aún ahora en ocasiones se congela el gesto, el cuerpo y la voz cuando no sabemos cómo manifestar lo que sentimos.

Siempre estaremos a tiempo de hacerlo.

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